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¿Alguna vez has pensado que tu gato, por no salir de casa, está completamente protegido de enfermedades y parásitos? Este es uno de los mitos más extendidos entre tutores de gatos indoor, y hoy quiero explicarte por qué es importante que reconsideres esta idea si la tenías en mente.
La creencia de que un gato que vive exclusivamente en interior «no necesita vacunas ni antiparasitarios» es precisamente eso: un mito. Y como veterinaria, he visto demasiadas veces las consecuencias de esta idea errónea. Vamos a explorar juntos este tema y entender por qué la prevención es fundamental incluso para los gatos más caseros.
Aquí te dejo los puntos clave del capítulo de hoy:
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Por qué surge este mito sobre los gatos indoor
Es comprensible que muchos tutores piensen que sus gatos están a salvo de todo si no salen nunca. La lógica parece clara: si no hay contacto con el exterior, ¿cómo van a contagiarse o parasitarse? Sin embargo, esta percepción no tiene en cuenta varios factores importantes:
- Los humanos somos vectores: entramos y salimos de casa constantemente, pudiendo transportar parásitos y patógenos.
- Algunas enfermedades son extremadamente contagiosas y pueden transmitirse por el aire o por objetos (fómites).
- Los parásitos pueden entrar por ventanas, balcones o a través de otros animales que visiten el hogar.
- Muchos parásitos no son visibles a simple vista o pasan desapercibidos.
Como bien dicen en mi clínica: «Un gato indoor es como una planta de interior: vive protegida, pero no es inmune a las plagas y enfermedades».
Enfermedades virales: invisibles pero peligrosas
Una de las principales razones por las que tu gato indoor necesita vacunarse son las enfermedades virales. Algunas de ellas son extremadamente contagiosas y pueden tener consecuencias graves para la salud de tu felino.
Rinotraqueitis y calicivirus: tan contagiosos como un resfriado humano
Estas enfermedades respiratorias felinas pueden transmitirse por el aire o por fómites (objetos contaminados). Son extremadamente contagiosas, similar a cómo se propaga un resfriado entre humanos. El calicivirus, del que hablé extensamente en el capítulo 66 de mi podcast, puede causar terribles lesiones en la boca de tu gato, provocando babeo, dolor intenso y sangrado.
¿Y sabes qué? Tú mismo puedes ser el vector que introduzca estos virus en casa. Con simplemente haber estado en contacto con otro gato enfermo o con superficies contaminadas, podrías transportar estos patógenos a tu hogar sin darte cuenta.
Otras enfermedades prevenibles mediante vacunación
Dependiendo de tu zona geográfica y las circunstancias particulares, tu gato indoor podría necesitar protección contra:
- Panleucopenia felina: una enfermedad muy grave con alta mortalidad
- Leucemia felina: en hogares con varios gatos o si existe alguna posibilidad de contacto con otros felinos
- Rabia: obligatoria en muchas regiones por cuestiones de salud pública
Recuerda que cada gato es único, y las necesidades vacunales deben ser evaluadas individualmente por tu veterinario de confianza.
Parásitos: los invasores silenciosos
Otro gran error es pensar que los gatos indoor están libres de parásitos. La realidad es que tanto los parásitos externos como internos pueden afectar a cualquier gato, independientemente de su estilo de vida.
Parásitos externos: no siempre visibles
Uno de los factores que hace que muchos tutores duden sobre la necesidad de antiparasitarios es precisamente que los parásitos externos no siempre son visibles. Los gatos son animales extremadamente limpios que se acicalan constantemente, por lo que es común que no veamos pulgas aunque las tengan.
A diferencia de los perros, que pueden estar visiblemente infestados, los gatos suelen eliminar los parásitos que ven durante su aseo diario. Sin embargo, esto no significa que no hayan sido picados previamente o que no haya huevos de estos parásitos en tu sofá, alfombra o la cama del gato.
Como suelo decir: «Ojos que no ven, gato que está parasitado a veces».
Parásitos internos: el enemigo invisible
Los parásitos internos como los gusanos (nematodos, cestodos) también pueden afectar a gatos indoor. El Dipylidium caninum, por ejemplo, es un parásito que se transmite a través de la ingesta de pulgas infectadas durante el acicalamiento.
¿Cómo puedes identificarlo? Si ves algo parecido a «granitos de arroz» en las heces de tu gato o en la zona perianal, podrías estar ante un caso de dipilidiosis. Y sí, aunque tu gato nunca salga de casa, puede contraerlo si alguna pulga logra entrar en tu hogar.
Lo preocupante es que algunos de estos parásitos son potencialmente zoonóticos, es decir, pueden transmitirse a las personas. Por eso, si tu gato está parasitado, es importante que consultes también con tu médico de cabecera sobre la posibilidad de que tú o tu familia necesitéis tratamiento.
Cómo llegan los parásitos a tu hogar
Te estarás preguntando: «Vale, entiendo que pueden entrar, ¿pero cómo exactamente?». Aquí te explico las principales vías de entrada:
Nosotros como vectores
Los humanos podemos ser transmisores involuntarios de todo tipo de parásitos y patógenos. Podemos traer huevos de parásitos en:
- Nuestros zapatos
- Nuestra ropa
- Nuestras manos (después de tocar superficies en transporte público, supermercados, etc.)
No es necesario que hayamos estado en lugares especialmente sucios. La realidad es que las calles, los transportes públicos y los espacios compartidos pueden albergar todo tipo de organismos que luego introducimos inadvertidamente en nuestros hogares.
Visitas y otros animales
Las pulgas y otros parásitos pueden llegar desde:
- Otras mascotas que visitan tu casa
- Animales del vecindario que tienen acceso al edificio
- El perro del vecino que, aunque lleve antiparasitario, puede transportar pulgas momentáneamente
Imagina: el perro de tu vecino trae algunas pulgas a casa, se sacude en el pasillo y algunas pulgas caen en tu felpudo. De ahí a tu casa solo hay un paso. Las pulgas no llaman a la puerta, simplemente entran.
Entradas naturales
Además, parásitos y vectores pueden entrar por:
- Ventanas
- Balcones
- Rejillas de ventilación
- Grietas o aberturas en la estructura de la vivienda
Una sola pulga que entre en tu hogar puede no solo picar a tu gato, sino también ser portadora de parásitos internos como el Dipylidium que mencionaba antes.
Adaptando la prevención al estilo de vida
Es cierto que las necesidades preventivas de un gato indoor no son exactamente las mismas que las de un gato con acceso al exterior. No estoy diciendo que debas aplicar el mismo protocolo a todos los gatos independientemente de su estilo de vida.
Lo que defiendo es que todos los gatos, incluso los que nunca salen de casa, necesitan un programa de vacunación y desparasitación adaptado a sus circunstancias particulares.
Factores a considerar para un programa preventivo personalizado
Tu veterinario tendrá en cuenta diversos factores para establecer el programa preventivo más adecuado para tu gato indoor:
- Edad y estado de salud general
- Presencia de otros animales en el hogar
- Riesgos específicos de tu zona geográfica
- Si recibes muchas visitas o no
- Si hay planes de que el gato pueda salir en algún momento (por ejemplo, para viajar)
La frecuencia de vacunación y desparasitación será probablemente menor que la de un gato outdoor, pero seguirá siendo necesaria.
La prevención como inversión en salud
Siempre digo que la prevención es la mejor medicina, y esto aplica especialmente a nuestros gatos. Un programa preventivo adecuado:
- Evita sufrimiento innecesario a tu mascota
- Previene enfermedades que podrían ser graves o incluso mortales
- Suele ser más económico que tratar enfermedades ya establecidas
- Protege también la salud de toda la familia
Como decía en mi píldora felina: «La salud preventiva de tu gato indoor es crucial. Vacunas y antiparasitarios son su escudo protector, aunque nunca llegue a pisar la calle».

Mejor prevenir que curar
Espero haber desmontado el mito de que un gato que vive dentro de casa «no necesita vacunas ni antiparasitarios». Como hemos visto, incluso el gato más urbanita y que nunca ha pisado la calle necesita su control veterinario, sus vacunas y sus desparasitaciones regulares.
La frecuencia y el tipo de prevención pueden adaptarse a su estilo de vida más sedentario y protegido, pero nunca deben eliminarse por completo. Consulta con tu veterinario cuál es el programa preventivo más adecuado para tu compañero felino y mantente al día con sus revisiones.
Recuerda que la prevención siempre será la mejor manera de cuidar de tu gato y garantizarle una vida larga y saludable.
¿Cuál es tu experiencia?
¿Tienes un gato indoor? ¿Cómo llevas su programa preventivo? ¿Has tenido alguna sorpresa desagradable por pensar que no necesitaba protección? Me encantaría conocer tu experiencia. Escríbeme a través del formulario de contacto y comparte tu caso o tus dudas. ¡Tu experiencia puede ayudar a otros tutores a evitar problemas similares!
Gracias por dejar 5 estrellas en Spotify y en Itunes y por estar aquí cada día! Y sobretodo por apuntarte a los cursos, que es lo que hace que el refugio para gatos Missipussiland sea sostenible y que pueda seguir ayudando a más gatos! 💙
¡Un abrazo, un toquecito de nariz y nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Adiós!