La piometra es una infección del útero potencialmente mortal que afecta exclusivamente a las gatas no esterilizadas. Esta patología, frecuente en felinos mayores de 5 años, representa una de las emergencias veterinarias más críticas que podemos encontrar en la práctica clínica. El pus acumulado en el útero puede provocar una septicemia grave si no se detecta y trata a tiempo.
En este revelador episodio, descubriremos por qué los veterinarios insistimos tanto en la esterilización temprana como medida preventiva. Exploraremos los signos de alarma que no puedes ignorar, desde la secreción vaginal purulenta hasta cambios en el comportamiento de tu gata que podrían indicar la presencia de esta peligrosa infección.
Aprenderás a distinguir entre una piometra de cuello abierto y cerrado, y por qué esta diferencia es crucial para el diagnóstico y tratamiento. Compartiremos casos reales que te ayudarán a entender la importancia de actuar rápidamente ante los primeros síntomas. Si tienes una gata no esterilizada, este episodio podría salvarle la vida.
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¿Habéis visto alguna vez a vuestra gata débil y enferma sin saber por qué? ¿Sabíais que hay una enfermedad que afecta solo a las gatas no esterilizadas y que puede ser mortal si no se detecta a tiempo? Hoy quiero hablaros sobre la piometra, una condición grave que como veterinaria felina he visto demasiadas veces en mi consulta.
¿Qué es exactamente la piometra?
La palabra «piometra» viene del griego: «pio» significa pus y «metra» hace referencia al útero o matriz. Básicamente, estamos hablando de una infección uterina que provoca la acumulación de pus dentro del útero de la gata.
Esta enfermedad afecta exclusivamente a hembras no esterilizadas, y es más común en gatas mayores de 5 años. Con el tiempo, los ciclos hormonales repetidos hacen que la pared del útero se vuelva más susceptible a las infecciones bacterianas.
Tipos de piometra que podemos encontrar
Existen dos tipos principales de piometra, y es importante que sepáis distinguirlos:
- Piometra de cuello abierto: En este caso, el cuello uterino está abierto y permite que el pus salga al exterior. Veréis una secreción vaginal purulenta, que a menudo tiene un olor muy desagradable. Este tipo es más fácil de detectar precisamente por esta secreción visible.
- Piometra de cuello cerrado: Este tipo es más peligroso porque el cuello uterino está cerrado, impidiendo que el pus salga. Toda la infección queda retenida dentro del útero, lo que puede provocar su ruptura o la propagación de la infección a través del torrente sanguíneo. Como no hay secreción visible, el diagnóstico suele retrasarse.
¿Cómo sabréis si vuestra gata tiene piometra?
Además de la secreción vaginal (en caso de piometra abierta), hay otros síntomas que debéis vigilar:
- Aumento de la sed y la micción
- Malestar general y debilidad
- Fiebre
- Vómitos
- Pérdida de apetito
- Abdomen distendido o doloroso
Si observáis cualquiera de estos síntomas en vuestra gata no esterilizada, ¡es una emergencia! Debéis acudir al veterinario de inmediato.
¿Cómo diagnosticamos la piometra?
En mi consulta, cuando sospecho de una piometra, suelo realizar un examen clínico completo. Si es una piometra de cuello abierto, la secreción vaginal es bastante indicativa, pero siempre confirmamos con más pruebas.
La ecografía es fundamental, especialmente en casos de piometra cerrada. Nos permite ver el útero distendido lleno de líquido. También realizamos análisis sanguíneos para evaluar el grado de infección y cómo están funcionando los órganos vitales como los riñones.
Tratamiento: ¿Qué haremos si vuestra gata tiene piometra?
Voy a ser muy clara: el tratamiento de elección para la piometra es quirúrgico. Consiste en realizar una ovariohisterectomía (lo que comúnmente llamamos «castrar»), extirpando tanto los ovarios como el útero infectado.
En algunos casos, cuando la gata está muy afectada por la infección, primero la estabilizamos con antibióticos, fluidoterapia y medicamentos de soporte, pero la cirugía sigue siendo necesaria tan pronto como la paciente pueda tolerarla.
Es importante que entendáis que esta no es una castración rutinaria. Es una cirugía de emergencia en una paciente enferma, lo que implica más riesgos anestésicos y postoperatorios.
¿Cuál es el pronóstico?
El pronóstico generalmente es favorable si la enfermedad se detecta a tiempo y se realiza la cirugía. La mayoría de las gatas se recuperan bien y pueden irse a casa uno o dos días después de la intervención.
Sin embargo, si la infección ya ha pasado a la sangre (septicemia) y está afectando a órganos vitales como los riñones o el hígado, el pronóstico es más reservado. Es en estos casos cuando debemos ser realistas sobre los riesgos de la cirugía y la recuperación.
La mejor medicina: prevención
Como siempre digo, la mejor manera de tratar la piometra es evitarla por completo. Y la única forma efectiva de prevención es la esterilización temprana.
La castración elimina los ovarios y el útero, por lo que la gata no puede desarrollar piometra. Además, la esterilización tiene otros beneficios como la prevención de tumores mamarios y, por supuesto, evita los comportamientos molestos asociados al celo y los embarazos no deseados.
¿Sabéis por qué vemos menos piometras en gatas que en perras? Porque la mayoría de propietarios deciden castrar a sus gatas jóvenes para evitar los maullidos intensos y comportamientos del celo. Esta decisión, que muchas veces se toma por comodidad, acaba siendo una excelente medida preventiva de salud.
Mi consejo como veterinaria felina
Si tenéis una gata no esterilizada, especialmente si ya tiene más de 5 años, planteaos seriamente la castración preventiva. El riesgo de piometra aumenta con cada ciclo estral, y es mucho mejor realizar una cirugía programada en una gata sana que una cirugía de emergencia en una gata gravemente enferma.
Y si por alguna razón decidís no esterilizar a vuestra gata, familiarizaos con los síntomas de la piometra y acudid inmediatamente al veterinario ante cualquier signo sospechoso. La detección temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Recuerdo que siempre termino mis podcasts con una píldora felina, y hoy es muy simple pero crucial: «Castra a tu gata para evitar las piometras». Es probablemente el mejor consejo de salud felina que puedo daros.
Si no te acuerdas de en qué consiste esta ovariohisterectomía te dejo un resumen aquí y también las ventajas respecto a los tumores mamarios que pueden afectar a tu gata.
¿Y vosotros? ¿Tenéis gatas esterilizadas o estáis considerando hacerlo? Me encantaría conocer vuestras experiencias y responder a vuestras dudas.
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¡Un abrazo, un toquecito de nariz y nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Adiós!