Hoy hablaremos sobre la traumática experiencia de volver a casa desde el veterinario y los desafíos que enfrentamos al volver a casa con uno de nuestros gatos mientras los otros han permanecido ahí.
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Aquí te dejo los puntos clave del capítulo de hoy:
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¿Alguna vez te ha pasado que llevas a tu gato al veterinario y, al volver a casa, sus compañeros felinos lo reciben como si fuera un completo extraño? Ese momento en que ves a tus gatos, que normalmente duermen acurrucados juntos, de repente bufándose y persiguiéndose como si nunca se hubieran visto antes. No estás solo en esta experiencia, y hoy quiero explicaros por qué ocurre este fenómeno y cómo podéis prevenirlo.
La preparación es clave para asegurar un regreso exitoso al volver a casa con tu gato.
¿Por qué mis gatos no se reconocen después de una visita al veterinario?
La respuesta está en el olfato. Los gatos son criaturas increíblemente olfativas. Su mundo está construido a través de olores, mucho más que del sentido visual que predomina en nosotros los humanos. Cuando un gato vuelve de la clínica veterinaria, regresa impregnado de olores extraños: antisépticos, medicamentos, las manos del personal que lo ha atendido y, por supuesto, el aroma de otros animales que han pasado por allí.
Para el resto de gatos de la casa, ese compañero que vuelve ya no huele como debería. Y en el mundo felino, si no hueles como deberías, no eres quien dices ser. Así de simple. El resultado: rechazo, miedo e incluso agresividad.

Estrategias para una vuelta a casa sin dramas
Antes de ir al veterinario
La prevención empieza incluso antes de salir de casa:
- Prepara una mantita con olor familiar: Coge una manta o toalla donde tus gatos suelen dormir y llévala a la clínica. Colócala sobre la mesa de exploración para que tu gato se tumbe encima durante la consulta.
- Transportín preparado: Introduce ropa con vuestro olor dentro del transportín para que el viaje sea menos estresante y para que tu gato mantenga algo del olor de casa durante toda la visita.
Esto ayudará mucho porque el olor no será un problema al volver a casa si todos huelen igual.
Durante la visita veterinaria
Una vez en la clínica, hay cosas que puedes hacer para minimizar la «contaminación olfativa»:
- Sé proactivo: Intenta ser tú quien manipule a tu gato siempre que sea posible. Si puedes pesarlo tú, sujetarlo para ciertas exploraciones o llevarlo de un lado a otro, hazlo. Esto reducirá la cantidad de olores ajenos en su pelaje.
- Comunica tu preocupación: Explica a tu veterinario que tienes más gatos en casa y que te preocupa el tema del olor. La mayoría de los profesionales entenderán el problema y tratarán de minimizar la manipulación innecesaria.
El momento crítico: la vuelta a casa
Cuando llegues a casa con tu gato, no lo sueltes directamente en medio del comedor donde están los demás. Esta es la parte más importante del proceso:
Recuerda que prevenir problemas al volver a casa es mucho más fácil que resolverlos después.
- Aislamiento temporal: Deja a tu gato en una habitación a solas durante un rato para que se calme del estrés del viaje y de la visita.
- Recuperación del olor familiar: Aprovecha este tiempo para frotarlo con una camiseta tuya o con una mantita que tenga el olor de casa y de los otros gatos.
- Intercambio de olores: Pasa un paño por los otros gatos y luego frota con ese mismo paño al gato que ha vuelto del veterinario. También puedes hacer el proceso inverso.
- Reintroducción supervisada: Cuando abras la puerta para que se reencuentren, estate presente para supervisar la situación. No fuerces la interacción, simplemente observa y estate preparado para intervenir si es necesario.

¿Y si ya ha comenzado el conflicto?
A veces, a pesar de nuestras precauciones, se desata el caos. En mi experiencia como etóloga, he visto casos realmente sorprendentes. Como aquella gatita que, tras una simple esterilización, fue rechazada por su hermano al volver a casa. Y lo más curioso: ella, sintiéndose rechazada, se convirtió en la agresora. Pasaron de ser gatos que se adoraban a necesitar tres semanas de separación, feromonas, gabapentina y un proceso completo de reintroducción.
Ten en cuenta que volver a casa puede ser una experiencia estresante, pero con los preparativos adecuados, se puede minimizar.
Si tus gatos ya están peleados
Si tus gatos ya han empezado a mostrar agresividad entre ellos:
- Sepáralos inmediatamente: No permitas que la situación escale y puedan hacerse daño.
- Utiliza feromonas: Los difusores de Feliway u otras feromonas sintéticas pueden ayudar a reducir la tensión en el ambiente.
- Aplicación estratégica: Coloca los difusores o sprays en los «puntos calientes» de la casa, aquellas zonas donde suelen producirse los encuentros o conflictos.
- Consulta profesional: En casos graves, puede ser necesaria la intervención de un etólogo veterinario o el uso de medicación ansiolítica como la gabapentina.
Es fundamental entender cómo manejar la situación al volver a casa para evitar conflictos innecesarios entre los gatos.
La idea brillante: ¿Y si van juntos al veterinario?
Si la logística te lo permite, y si tus gatos no se estresan excesivamente con los viajes, una estrategia muy efectiva es llevarlos juntos a la clínica. De esta manera, ambos adquieren el mismo olor «extraño» y, al volver a casa, ninguno percibe al otro como un intruso, ya que ambos huelen igual. Esta táctica funciona especialmente bien con parejas de gatos muy unidas.
Por supuesto, esto solo es recomendable si ninguno de tus gatos sufre estrés extremo al viajar o visitar al veterinario, y si la visita es para algo sencillo como una revisión o vacunación rutinaria.
Recuerda que siempre es mejor prepararse antes de volver a casa para hacer la transición más suave.
Así que, prepara a tu gato para el viaje y asegúrate de tener un buen plan cuando vuelvas a casa.
La gestión del olor es clave para que todo fluya bien, y anticiparse es siempre mejor que tener que solucionar problemas.
La clave está en cómo manejamos la situación al volver a casa, y esto puede marcar una gran diferencia en la dinámica entre los gatos.
Así que, cuando lleves a tu gato al veterinario, no olvides cómo prepararte para volver a casa de manera efectiva.
Por lo tanto, es importante que consideres todas las estrategias antes de volver a casa tras una visita al veterinario.
Aunque nunca hayáis tenido problemas con vuestros gatos después de visitas veterinarias, os recomiendo que toméis estas precauciones. A veces basta con un pequeño cambio (como un nuevo limpiador en la mesa de exploración) para que surja un conflicto entre gatos que siempre se han llevado maravillosamente.
Al final, no cuesta nada poner una mantita y ayudar a nuestros gatos a mantener el olor familiar una vez vuelven a casa. Y ese pequeño gesto puede ahorraros semanas de tensión, separaciones forzosas y terapias de reconciliación.
¿Os ha pasado alguna vez este problema con vuestros gatos? ¿Habéis probado alguna de estas técnicas? Contadme vuestra experiencia, me encantaría saber cómo habéis resuelto situaciones similares.
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¡Un abrazo, un toquecito de nariz y nos vemos en el siguiente capítulo!
¡Adiós!